martes, 25 de febrero de 2014

Un día "desconectada".

Bueno, os voy a contar mi experiencia con este proyecto que ha consistido en pasar un día entero sin hablar ni utilizar ninguna tecnología.
Al principio del día, es decir, al despertarme, lo llevé muy bien porque soy la única que se levanta a esa hora por lo que no tuve tentación de hablar con nadie. El problema empezó cuando llegué al instituto y se fueron dando cuenta de que ese día me tocaba a mi estar callada, y claro, mis compañeros bromeaban con mi situación (me pedían opiniones sobre lo que estaban hablando, y sentía muchísima impotencia). A lo largo del día hubo varias situaciones que me hacían sentir impotente, como por ejemplo en clase de latín, al ser tan pocas personas se nota cuando uno no habla y sobre todo al estar hablando de una fiesta que pensamos hacer para celebrar la independencia griega. No pude aportar absolutamente nada y me sentí fatal.
Otro momento difícil en el que se me escapó hablar un poco fue haciendo un comentario de filosofía, me preguntaron algo e inconscientemente me salió responder, aunque enseguida me dí cuenta y no volví a pronunciar ni una palabra. También tengo que comentar que hubo una clase en la que la profesora me obligó a hablar, cosa que me parece de una falta de respeto importante, pero bueno, en ese momento era ella quien mandaba y por supuesto hice lo que me dijo, con resignación, pero hablé.
Llegué a casa y todos me miraban con una cara como diciendo: sé que no puedes hablar, jeje.
Como en mi casa a la hora de comer se ve la televisión, yo tuve que irme a comer sola al salón y sinceramente, no paraba de pescar todo el tiempo, no pensaba en nada, sólo comía y me quedaba embobada con lo primero que veía. Terminé de comer y me fui a mi habitación, de donde no salí hasta las 8 de la tarde sin parar de estudiar ya que al día siguiente tenía un examen de historia por lo que ese día de silencio la verdad es que me vino muy bien para aprovechar al máximo la tarde.
El tema del móvil no me resultó muy difícil porque yo no siento esa necesidad de estar con el móvil cada minuto, estoy acostumbrada porque yo en la calle no tengo internet como la mayoría de mis compañeros así que sobreviví.


Lo realmente difícil para mí fue la música. No hay un solo día que no esté escuchando música a todas horas,a eso si me considero de alguna manera adicta, y lo pasé realmente mal porque es mi manera de desconectar y me costó bastante no ponerme a escuchar un poquito de mi carnaval, pero bueno, aguanté porque estaba estudiando y la verdad que no tuve ocasión para escuchar música, aunque la eché de menos.
Estuve estudiando hasta bastante tarde, casi toda la noche, y cuando me dí cuenta de que ya habían pasado las 24 horas me puse a hablar yo sola como si estuviera loca.
Sin duda lo más difícil de esta experiencia no es haber estado en silencio todo el día en sí, sino plantearte el tiempo que falta para que acabe el día y no poder articular palabra con nadie, pensar en las situaciones que vas a pasar y saber que tú debes estar en silencio, esto me pasaba mucho mientras que estaba en el instituto, pensaba: ahora tengo alternativa y no voy a poder hablar, entonces, ¿qué voy a hacer? y ese pensamiento me daba mucha impotencia, aunque tampoco fue para tanto porque aproveché todo lo que hice ese día al máximo, así que esta experiencia no ha sido para nada negativa, pero pienso que no podría hacer esto más de un día, y desde luego no lo volvería a hacer porque sé que no sería capaz de aguantar de nuevo todas estas emociones, aunque repito, como experiencia ha sido muy positiva.



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